Si estás buscando un desarrollador de software que haga realidad tu proyecto, puedes sentirte abrumado por la oferta disponible, ¿verdad? Esto hace muy difícil filtrar para finalmente quedarte con el que mejor se ajuste a lo que necesitas. Para evitarte disgustos y retrasos como consecuencia de una mala elección, desde ITCON te dejamos un conjunto de indicios inequívocos de que estás ante un desarrollador de garantías.
Principales desafíos a los que se debe enfrentar un buen desarrollador de software
Son muchos los retos que debe superar un desarrollador de software durante su trabajo diario. Hacer una lista de todos ellos sería interminable, ya que es imposible recoger las particularidades de cada proyecto. Sin embargo, sí podemos resumir los más comunes y frecuentes.
Por regla general, el software es complejo. Por muy simple que sea un programa, éste estará compuesto de múltiples líneas de código, variables, funciones, etc. Además de la extensión del código, también hay que tener en cuenta las interacciones entre los diversos componentes y el flujo de trabajo que se describe mediante el mismo.
Un software correctamente desplegado debe satisfacer las condiciones especificadas por el cliente. Un cliente que habitualmente no es desarrollador y unos desarrolladores que, en un principio, no conocen el funcionamiento de los procesos de la empresa del cliente.
Por tanto, el desarrollador tiene que hacer un gran esfuerzo por comprender todo lo que el cliente busca en cuanto a prestaciones del software y volcarlo en el código. Además, es posible que a la hora de dar forma al software, el desarrollador puede encontrarse con situaciones que en la descripción inicial por parte del cliente no han sido concretadas. La comunicación es esencial en este caso.
Otro desafío importante es el imparable avance tecnológico, que hace que cada vez surjan más opciones y más avanzadas. Aunque esto tenga, sin duda, sus ventajas, para el desarrollador le cuesta seguir el ritmo y estar continuamente actualizándose para no quedarse obsoleto.
Esta situación también hace que no dé prácticamente tiempo a que maduren un conjunto de buenas prácticas para cierta tecnología o recurso, lo que dificulta adaptarse al trabajo con esta.
10 señales de un buen desarrollador de software
Un desarrollador de garantías es consciente de estas y más circunstancias que le rodean permanentemente. Para salir airoso de todas ellas, lo ideal es que cumpla con el siguiente decálogo:
- Trabajo colaborativo: no es habitual que un desarrollador de software trabaje individualmente, es habitual que sean varios profesionales los que trabajen en un mismo proyecto. Por ello debe estar en permanente contacto con ellos para la distribución del trabajo, el cumplimiento de plazos y la resolución de conflictos que puedan surgir.
- Capacidad de comunicación: aquí no solamente hacemos referencia al contacto con los compañeros, sino también con los clientes. En el apartado anterior hemos hablado sobre cómo una comunicación defectuosa puede derivar en una falta de comprensión de los requisitos del software, algo que es uno de los pilares de cualquier proyecto informático.
- Paciencia y resiliencia: el camino del desarrollador de software está plagado de imprevistos, problemas, errores de los que desconocemos su causa… Es por ello que debe mostrar calma ante estas situaciones, despejar la mente, respirar y afrontar el reto sin temor y sin prisas.
- Ser metódico y detallista: un software puede ser tremendamente complejo, estar conformado por multitud de “piezas” que tienen que encajar entre ellas y funcionar conjuntamente con una precisión propia de un reloj suizo. Esto implica que un buen desarrollador debe ser ordenado en sus rutinas y permanecer al tanto de cada detalle del código con el que trabaja.
- Sentir curiosidad y pasión por el trabajo: el desarrollo de software es una disciplina 100% vocacional. No se puede hacer un trabajo de calidad sin una entrega total al proyecto que te haga investigar a fondo todas las opciones que hay para hacer una aplicación realmente buena.
- Ser resolutivo: nunca se encuentra con 2 problemas a resolver que sean exactamente iguales, por lo que tiene que ingeniársela para dar con una solución parecida en su propio repositorio de código o buscando por la red. Una vez que dé con ella, tendrá que adaptarla a su problema concreto.
- Querer aprender siempre: la enorme velocidad a la que cambian y evolucionan las tecnologías exige a los desarrolladores estar continuamente formándose y renovando sus conocimientos y aptitudes, ya sea por voluntad propia o por exigencias del proyecto en el que se encuentran.
- Ser creativo: al contrario de lo que muchos puedan pensar, el desarrollo de software requiere de inventiva. No existe un único camino para alcanzar la meta fijada, son varias las bifurcaciones que el desarrollador se encuentra, por lo que en su mano está diseñar la mejor ruta.
- Tener los pies en la tierra y conocer sus límites: los resultados que se pueden conseguir con un buen desarrollo son impresionantes. Sin embargo, un buen desarrollador debe ser lo más realista posible, ceñirse a los requisitos fijados y, en el caso de encontrarse con obstáculos, no empecinarse en salvarlos él solo sin pedir ayuda. Intentar hacerlo por tu propia cuenta puede derivar en problemas que irán creciendo como una bola de nieve.
- Ser flexible ante cambios y contingencias: la vida del desarrollador es como el guion de una buena película, con varios cambios de situación inesperados. Por ejemplo, el cliente puede añadir nuevas especificaciones o modificar las ya existentes. Por ello, un buen desarrollador debe estar mentalizado para enfrentarse a ellas con solvencia.
¿Eres desarrollador y cumples con cada uno de ellos?… ¡Enhorabuena! ¿Estás buscando un desarrollador de software para tu negocio y te hemos ayudado a afinar tu punto de mira?… ¡Nos alegramos! Y, además, desde ITCON te ofrecemos un servicio de desarrollo a medida con las últimas tecnologías. ¿Comenzamos a hablar de tu proyecto desde ya?